Lo que resulta vergonzoso en este caso no es por tanto la respuesta del ministro de justicia ante la petición de tal reforma (pues ésta ha sido en cierta medida lógica), sino la reclamación de la misma por parte de ingentes cantidades de españoles y españolas a lo largo de las últimas semanas, durante las jornadas de apoyo a diversas familias cuyos parientes próximos han sido víctimas de crímenes de gran impacto social:
He aquí la mentalidad contemporánea al desnudo, la búsqueda de venganza adyacente a la anulación del valor de reinserción social de las penas, primordial según la constitución vigente.
No considero necesario aclarar, en vista de lo anterior, la peligrosa línea que tienden a seguir este tipo de consideraciones morales, fruto (ojalá) del malestar económico, social -y veremos si político- general actual.

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